Este es un resumen de lo que Denise Jacobs nos dice en su artículo Banishing Your Inner Critic. Este crítico interno es una especie de troll con un sólo propósito: sabotear todas esas grandes ideas que se vienen a tu cabeza para evitar que se manifiesten al mundo. Este troll es listo y hábil, tiene muchas herramientas para llevar a cabo su tarea, las cuales abarcan un amplio espectro, desde cosas tan básicas como las distracciones y el aburrimiento hasta las complejidades del perfeccionismo como debilitar la auto-confianza y el miedo paralizante al fracaso.
¿Te has encontrado a ti mismo en alguna de estas situaciones?
– Se acerca el amenazante deadline y tu frustración se incrementa porque no puedes generar cualquier idea.
– Odias todas las ideas que has desarrollado para X proyecto.
– Quieres lanzar ese sitio, idea, app, libro, compañía, evento, etc., pero no puedes pasar de la fase inicial porque las cosas no van muy bien.
– Piensas que todo lo que haces es mediocre y que jamás serás exitoso como quisieras en la industria.
Todo esto es gracias a tu crítico interno.
Como conocedor de tu propia actividad o industria en la que te desenvuelvas, muy dentro de ti, sabes que tienes el talento. Tienes la capacidad para crear increíbles diseños, interfaces, productos, estrategias, códigos, artículos, blogs, etc. Constantemente estás tratando de canalizar de manera más eficiente toda esa creatividad para convertirla en un gran trabajo. Para que siempre expreses tu creatividad debes dejar fuera a ese troll y mientras que usar antorchas, trinches y ballestas (en el caso de Daryl) pareciera ser la manera más efectiva para lograrlo, debes usarlos como último recurso. Desterrar a tu crítico interno es más bien un “trabajo interno”.
Las muchas caras del crítico interno
Quizá estés demasiado familiarizado con la voz de tu crítico interno, pero en el raro caso de que no, aquí te van algunos ejemplos de como se manifiesta:
– “Aún como diseñador de marcas, debería aprender más sobre diseño de empaques”
– “Debería bloggear más”
– “Aunque domino la ballesta, debería aprender a dominar la katana (de nuevo Daryl)”
Si los “debería” predominan como parte de tu diálogo interno, entonces tienes un crítico interno que trabaja incansablemente haciendo que te tomes un té de “no soy lo suficientemente bueno”. Igualmente dañina y corrosiva (a menudo involucrando a los “debería”) es la tendencia a compararnos a nosotros mismos con otros. Por ejemplo…
– ¨Debería producir más herramientas útiles, como fulano de tal lo hace”
– ¨Debería tener X número de productos a estas alturas, fulano de tal ya los tiene!¨
– ¨Debería tener un negocio exitoso como fulanita de tal a sus 27¨ (no es cierto, no conozco a muchos en este aspecto pero ¡es sólo un ejemplo!)
Nuestro crítico interno nos hace incapaces de resistir el seductor anzuelo de la comparación.
La alegría del perfeccionismo
El perfeccionismo usa muchas máscaras, incluyendo aquellas como el aburrimiento, la procrastinación, pensamientos apocalípticos, inhabilidad para completar tareas o proyectos, objetivos poco realistas (seguidos de decepción cuando no se logran) y miedo a la desaprobación, al fracaso y sí, aún al éxito!
Síndrome del impostor
El crítico interno también se muestra en la forma del “síndrome del impostor”, en vista de que a pesar de toda evidencia de lo contrario, la persona cree que es un fraude y que sus logros son en función de la buena suerte. Usualmente, el terror de ser expuesto como un incompetente lleva a todos aquellos que reflejan este síndrome a convertirse en workaholics super-achievers. Paradójicamente descartan sus logros mientras simultáneamente persiguen el siguiente reto que (ilusionadamente) los distraerá de sus deficiencias.
Si has estado batallando contra él por años, lo has hecho mal
Aquí es donde se activa la alarma, cierto? Bienvenida la voz de tu crítico interno. Puedes manejar a tu crítico interno, has llevado una relación con él, no? No importa que estés produciendo como loco hasta el cansancio empujándote a ti mismo hasta quedar exhausto o tronado (burnout). No pasa nada con que estés comenzando a resentir el trabajo y la industria que tanto solías amar. Tienes todo bajo control, por supuesto. ¿O no? No importa qué tan frecuentemente, si estos pensamientos o comportamientos aparecen de manera regular en tu vida, entonces es hora de reconsiderar tus tácticas para lidiar y silenciar a tu crítico interno. Ignorarlo no funciona, sólo lo hará más taimado e insistente. Usar la fuerza bruta hará lo mismo. Necesitas una combinación de fuerza de voluntad combinada con algunos métodos comprobados para bajar el volumen de su voz. Confía en que cuando llegue el momento y así lo requieras te llegará un manantial de inspiración, creatividad y productividad.
Queremos movernos desde el extremo de escuchar todo lo que dice el crítico interno e ignorarlo, hacia el extremo de transformar nuestro foco de atención en esa voz para cambiar la manera en que nos afecta.
-Busca la verdad. Sé proactivo, no aceptes pasivamente todo lo que tu crítico interno dice como si fuera la única verdad absoluta. Investiga si tenían o no la razón todas aquellas personas que te criticaron alguna vez. Piensa qué tan mala es la crítica externa viendo el panorama completo de las cosas. A veces incluso puedes aprender algo de ello. En cuanto al tema de la comparación, considera esto: no hay otro como tú en el planeta y nunca lo habrá. No puedes ser ellos y ellos no pueden ser tú.
-¨Si no eres parte de la solución…¨ Desafiar a tu crítico interno para que resuelva algún problema en vez de solamente recordarte tus fallas puede callarlo el tiempo suficiente como para que puedas alcanzar la victoria.
-Interrógate. Hazte algo de bullying a tí mismo. Inicia un interrogatorio y pregunta a tu crítico interno algunos puntos clave como: ¨¿De dónde vienes?” ¨¿Qué quieres?” o “¿Cuál es tu punto?¨. Poniendo a tu crítico interno a la defensiva puedes desafiarlo.
-Reasigna deberes. Curiosamente, el crítico interno tiene un lugar dentro del proceso creativo. Por desgracia, está demasiado ansioso de ayudar y salta para meterse dentro del proceso demasiado pronto. Invítalo a que vuelva en otro momento. Dile que salga a caminar y que vuelva cuando estés en otra parte del proceso donde se requiera un juicio de discernimiento y ojo crítico.
-Muéstrale algo de amor. Finalmente, podrías intentar tener compasión hacia él. Tu crítico interno intenta protegerte y alejarte del dolor. Una manera de reconocer y respetar esta voz alegremente sin engancharte a todo lo que dice sería decirle lo siguiente: ¨Gracias por tus pensamientos”, y entonces tranquilamente despedirlo y moverte a lo que sigue.
Estás ya en mejor camino por el simple hecho de reconocer que llevas un crítico interno. Ejercitando la voluntad para neutralizar la voz haces un compromiso para ser aún más creativo y productivo de lo que ya eres.
Aquí les dejo el link a su artículo completo (en inglés) por si alguien quiere profundizar más en el tema.